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Una muerte digna: La historia de Ana estrada y el fallo a su favor

todayfebrero 27, 2021 42 5

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¿Quién es Ana Estrada?
Ana Milagros Estrada Ugarte, de 44 años, es una psicóloga peruana quien padece de polimiositis, una enfermedad autoinmune degenerativa que afecta a los músculos hinchándolos, haciendo que pierdan cada vez más fuerzas y con el cual vive desde hace 20 años.
Le detectaron esta enfermedad cuando apenas tenía 14, que con el tiempo ha ido avanzando y empeorando, haciendo que los tratamientos que ella recibía no tengan resultados positivos.
En el año 2015 fue internada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Rebagliati, debido a que sus músculos respiratorios empezaron a perder fuerza. Lo que empezó como un simple resfrío, terminó convirtiéndose en bronquitis. Este episodio es el inicio de la lucha por la muerte digna mediante la eutanasia.
“La muerte digna en el Perú es ilegal, vivo en un Estado que me quita la libertad, y una vida sin libertad no es vida porque mi cuerpo le pertenece a este Estado.”


¿Qué es la eutanasia?
La eutanasia permite a las personas con enfermedades terminales acabar con su vida, evitando el sufrimiento y dolor de manera voluntaria y consciente. También es un término que se usa en Veterinaria.
La eutanasia activa (mediante inyección letal) está permitido en algunos países como: Luxemburgo, Bélgica, Canadá, entre en otros.
Suiza, por otra parte, no permite la eutanasia activa, pero si da los medios para suicidarse siempre y cuando no sea por algún interés propio. Esto no sólo es aplicable en suizos, si no también en extranjeros, ya que el proceso de documentación es un poco más sencilla que en otros países.


Ana, a través de su blog https://anabuscalamuertedigna.wordpress.com/ nos cuenta de por qué y cómo tomó esta decisión, y lo difícil que fue hablar con sus familiares sobre esto. Su enfermedad no sólo le trajo complicaciones físicas, si no también en su vida cuotidiana. En su apartamento ya no vivían ella, su gato Amaro, que tuvo que darlo en adopción, y su asistente; ahora tenía que convivir con sus padres y cinco enfermeras que se turnan durante el día, perdiendo de esta manera completamente su espacio y privacidad.
«Pues bien, lo repito, no me quiero morir. Más que nunca amo la vida y por sobre todas las cosas de este mundo, amo la libertad de elegir. Esta búsqueda por la muerte se convirtió, paradójicamente, en una motivación para vivir. Todavía no he tenido un proceso infeccioso este año y no sé cuándo lo tendré, pero lo que digo es que, si yo tuviera el “permiso” del Estado para morir, estoy segura que esos procesos infecciosos no serían así de terribles y los llevaría en paz, con esperanza y libertad. Y seguramente, así como en otros países, nunca utilizaría ese “seguro de vida-muerte” mientras yo sea la única dueña de mi cuerpo y no el Estado.»


En el año 2020, la Defensoría del Pueblo presentó una acción de amparo para que el Estado Peruano reconozca su derecho a una muerte en condiciones dignas, donde solicitaban la inaplicación del artículo 112 del Código Penal peruano: «El que, por piedad, mata a un enfermo incurable que le solicita de manera expresa y consciente para poner fin a sus intolerables dolores, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de tres años». Con ello se buscaba que ella pueda acceder a la eutanasia sin que los terceros involucrados sean procesados penalmente.
Luego de un año, el pasado 22 de febrero, El Poder Judicial ordenó al Ministerio de Salud y a Essalud respetar la decisión de Ana Estrada. El documento indica que “Essalud deberá brindar todas las condiciones administrativas, prestacionales y sanitarias para el ejercicio del derecho a la muerte en condiciones dignas de Ana Estrada a través de la eutanasia, lo que deberá ejecutarse dentro de los 10 días hábiles contados a partir del momento o fecha en que ella manifieste su voluntad de poner fin a su vida.”
Esta sentencia a favor, como era de esperarse, generó controversias. Por una parte, están quienes apoyan la libertad del ser humano de elegir tener una vida plena sin sufrimientos y darle fin a ella cuando sea apropiado. Por otro lado, hay quienes están en contra de esta decisión por razones religiosas , ya que iría en contra de sus principios, puesto que Dios es el único que puede dar y quitar la vida.

Written by: Camila Saldaña

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