Redactado por: Diego Zapata
Linares Deportivo, equipo de segunda división B de España, por un momento, soñaba en grande. Hugo Díaz, delantero del equipo, se sumergía en la euforia al marcar el primer tanto del encuentro y poner a su equipo en ventaja. Un equipo guerrero, luchador y aguerrido, en su intento de sobreponerse a la falta de calidad, recibía su recompensa por ser atrevido al minuto 19. Los locales se ponían en ventaja con más pegada, con mucha permisividad del árbitro, que juego. Así, hicieron un total de 17 faltas en todo el encuentro.
Por parte del Barça, ocurrió lo mismo de siempre. La falta de efectividad le jugó en contra, incluso, más que el propio rival. Hasta el minuto del gol, se veía un equipo dominador, muy superior y ordenado, a pesar de sus bajas. Sin embargo, fue encajar un solo gol y empezaron los ‘lloros’. Comenzó a llorar Mingueza, lloró Jordi Alba, le siguió Nico y la gran mayoría del equipo lo mismo. Evidentemente, ‘llorar’ en el campo se interpreta como bajar las manos y un nerviosismo excesivo. Nico empezó a perder balones con peligro de contra ataque, Mingueza, cabe mencionar que sigue sin jugar en su posición natural, se notaba menos confiado en los balones divididos y los jugadores ofensivos no se conectaban entre sí tanto que Puig, de gran actuación el primer tiempo, se encontraba en una eterna soledad y fue el sacrificado para la segunda parte. El punto es que, por un gol del Linares, el Barça sufría un desorden físico y mental. Todo ello por un gol. Todo ello hasta el final de la primera parte.
El inicio del segundo tiempo, traería de nuevo como protagonista al local. Si bien es cierto, Dembélé se encargaría de anotar el empate y salvar al equipo culé del papelón. No obstante, el equipo andaluz, de alguna u otra forma, encontraba la forma de dañar a un Barça tambaleante. Así, en el minuto 66, tan solo tres después del gol del empate, le anularon un gol por posición adelantada que reflejaba lo incómodo que llegó a ser para el Barcelona. Inmediatamente después, los culés se encargarían de hacer valer la categoría. Jutglá, en una internada solitaria, llegó hasta el área y soltó un remate cruzado para remontar el partido. Sí, los jóvenes lo hicieron otra vez.
Y quienes lo intentaron de nuevo, con permiso de un desorden culé repetitivo, fueron los jugadores del Linares. Esta vez, sería el turno de Carracedo. Un potente disparo, con dirección al ángulo de Neto, se estrelló en el larguero cuando este último observaba, confiado, en que el balón salía del campo. Desde ese momento hasta el pitido final, todo fue azulgrana, pero no hubo la tan deseada y esperada efectividad. Vaya problemón que tienen los de Xavi, incluido él.
El intento del Linares de hacer historia en su terreno se quedó a unos centímetros de completarse. Aunque el verdadero merecedor de la victoria fue el Barça, recordemos que el club andaluz viene jugando en la segunda división B de España. Así, el partido terminó con un total de 24 a 8 remates, 7 a 2 remates al arco y 82% a 18% de posesión todos en contra del Linares.
Post comments (0)